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Otto von Bismarck, el Canciller de Hierro
La estrategia de Bismarck
En el siglo XIX los estados germánicos eran independientes y no estaban constituidos en Alemania. Con la victoria sobre Dinamarca en la “Guerra de los Ducados” en 1864, Varios estados alemanes se habían unido a Prusia, aunque Baviera (el más grande) seguía aparte.
La industrialización dio un rápido desarrollo al ejército prusiano. El ejército moderno se perfeccionaba en las tierras germánicas desde el siglo XVIII, la educación militar forjó hombres comprometidos con la guerra industrial.
El legendario diplomático Otto Von Bismarck, propugnaba por la creación de un Imperio Alemán. Contaba con el apoyo del rey Guillermo I, aunque no tenía una aceptación amplia entre los políticos del concejo principal. Aún así, buscó la artimaña para hacer su sueño realidad.
En 1866 con la guerra austro-prusiana, los prusianos alcanzaron una fuerte victoria que ayudó a formar un ejército moderno imperial. A pesar de las iniciativas austriacos de pertenecer a los prometedores estados alemanes, Prusia sabía que los austriacos pertenecían a un estado decadente.
Además, la unificación de Italia se logró gracias a la victoria prusiana. El enorme ejército de 64.000 prusianos deseaba fervientemente la anexión de los otros estados alemanes pero lo deseaban de manera pacífica. Sólo necesitaban un detonante.
Los franceses vieron impávidos el crecimiento prusiano y la alta fidelidad nacionalista que se propagaba con mucha fuerza entre los alemanes. El emperador Napoleón III, sabía que su Imperio tendría problemas si dejaba crecer a Prusia.
La tensión española
En la otra frontera francesa, los españoles atravesaban una crisis política: la aclamada “Revolución gloriosa” había terminado con el exilio de la reina Isabel II en 1868 hacia Francia. El Consejo de Ministros español mandó al general Juan Prim a buscar un sucesor.
Los españoles vieron pertinente ofrecer el trono al príncipe prusiano Leopoldo Hohenzollern- Sigmaringen. Eso disparó la tensión con los franceses. Napoleón III veía con mucho temor que la casa Hohenzollern cercara a los franceses en Prusia y en España.
Los franceses forzaron que el rey Guillermo I, el principal de la noble casa, rechazara la candidatura al trono. Al inicio lo logró, pero su ministro Bismarck planeó a oscuras aceptar el trono, para así, propiciar una guerra con los franceses para beneficiar la Unificación Alemana.
El asunto del telegrama
Puede ser inaudito que un simple telegrama iniciara una guerra. Los franceses enviaron al diplomático Benedetti para hablar directamente con el rey Guillermo I en sus balnearios de Ems. Allí el rey confirmó que no aceptaría la candidatura de su nieto Leopoldo.
Los franceses sintieron desconfianza y volvieron a mandar al conde Vicente Benedetti para presionar al rey Guillermo hacer un escrito donde renunciara a la candidatura. El rey rechazó la exigencia del enviado francés.
La tensión diplomática seguía y se volvió más fuerte cuando el rey envió un telegrama a Bismarck contando los sucesos con el conde Benedetti.
Otto von Bismarck aprovechó la situación para cambiar el texto y hacer uno más corto pero que diera la impresión a los prusianos de que el rey fue insultado por Benedetti y que los franceses pensaran que el rey Guillermo I insultó al conde.
El 14 de julio de 1870, Bismarck mandaría a la prensa internacional este nuevo escrito:
«Después de que los informes acerca de la renuncia del príncipe heredero de Hohenzollern fueran oficialmente transmitidos por el Gobierno Real de España al Gobierno Imperial de Francia, el embajador francés presentó ante Su Majestad el Rey, en Ems, la exigencia de autorizarle a telegrafiar a París que Su Majestad el Rey habría de comprometerse a abstenerse de dar su aprobación para que la candidatura de los Hohenzollern se renueve.
Su Majestad el Rey, por lo tanto, rechazó recibir de nuevo al enviado francés y le informó a través de su ayudante que Su Majestad no tenía nada más que decir al embajador».
Efectivamente los franceses se escandalizaron y declararon la guerra a los prusianos el 19 de Julio de 1870.
La guerra franco-prusiana
El desencadenante del telegrama de Ems fue una guerra que azotó a los franceses más que a los prusianos. El mariscal Moltke había estudiado con detenimiento en los años pasados la fuerza armada francesa y concluía que era muy inferior a los prusianos.
Esta información que conocía muy bien Bismack fue parte de la malévola estrategia para la guerra. Hizo que los alemanes se sintieran humillados por los franceses por no poder estar en ese dichoso trono español.
El 24 de Julio, 1’183.000 soldados alemanes fueron movilizados hacia el río Rin y el Mosela. Los franceses sólo hicieron lo mismo con 288.000 soldados. Francia quería atacar por la Renania pero prefirió esperar a la defensiva.
Los alemanes habían creado una estructura logística extraordinaria, los ferrocarriles y el telegrama junto con la invención de un nuevo fusil siete veces más rápido, hacía que la victoria fuera totalmente alemana.
El apoyo de todos los estados que actualmente componen Alemania se movilizaron a través de Francia hasta llegar a París. El 2 de septiembre de 1870 luego de unas augustas batallas, Napoleón III se rendía con todo su Ejército.
La guerra la continuó un Gobierno republicano de Defensa Nacional precedido por Louis Trochu. Bismarck sitió París y obligó al nuevo gobierno a rendirse, luego de esto Alsacia y Lorena pasaron a ser parte de Alemania. También pagaron una millonaria indemnización.
Fue en el Palacio de Versalles donde Guillermo I fue proclamado Káiser [emperador de toda Alemania. La humillación francesa sería otro de las tensiones que detonarían la Primera Guerra Mundial.
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_franco-prusiana
- https://es.wikipedia.org/wiki/Telegrama_de_Ems
- https://www.age-of-the-sage.org/history/ems_telegram.html
Imágenes: 1: wikipedia.org, 2: twitter.com, 3: mymilitaria.it
El pensante.com (julio 29, 2018). El telegrama que empezó una guerra. Recuperado de https://elpensante.com/el-telegrama-que-empezo-una-guerra/