El caballero sin miedo y sin tacha: El señor de Bayardo

El caballero sin miedo y sin tacha: El señor de Bayardo

Sacado de una novela

A continuación contaremos la vida de un caballero insigne del siglo XIV. Aunque puede parecer que estamos hablando de un caballero del Amadis de Gaula o de Tirante el blanco, este personaje existió en una época de alta conmoción social y corrupción.

Así como el título de esta entrada lo menciona, existió un caballero sin tacha proclamado héroe nacional. Los franceses consideran al Caballero Bayardo uno de los más grandes caballeros, pues su limpia personalidad hizo ganarse el corazón de media Europa.

Mientras el Ducado de Milán y el Reino de Sicilia perdían su rey, los franceses hicieron todo lo posible para afianzar el poder en las tierras italianas. La posterior guerra contra los españoles y sus aliados que no estaban de acuerdo, dejaría en 50 años más de 400.000 muertos.

Una familia honorable

Pierre Terrail, como dice su nombre de bautizo, perteneció a una familia noble. Originarios de Delfinado, perdieron cinco de sus integrantes en la Guerra de los cien años contra Inglaterra. Desde ahí, la honra los persiguió aunque no tuvieran grandes riquezas.

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El pequeño Pierre nació en 1476 y gracias a su tio Laurent Alleman pudo estudiar en el colegio de la catedral de Pontcharra. De allí logró comenzar su estudio donde se destacó por aprender el latín y la historia patria. Lo enviaron como paje a la corte del Duque de Saboya.

La noble familia que lo recibió, reconoció en el niño un joven feliz y muy generoso, además su aspecto físico era motivo para que todas las chicas de la corte lo persiguieran. Él siempre se mantuvo con mucho decoro y nunca dejó sus estudios, tanto así que pudo ir a Turin para hacer sus estudios militares.

Cuando tuvo 17 años fue al servicio del conde de Ligny, el cual lo recibió para ser un soldado de la corte. Pudo demostrar su fuerza y coraje en los combates entre caballeros.

Antes los caballeros colgaban su escudo en un árbol y quien tocara el escudo tenía que entablar combate en torneo público. El joven Pierre tocó el escudo del campeón de Francia, Claude de Vautré. La batalla no tuvo mucho aforo porque al joven nadie lo conocía.

Cuando Pierre bajó de un lanzazo a Claude de su caballo, todos gritaron porque ahora era el nuevo campeón de Francia. Al año siguiente 48 guerreros desafiaron a Pierre y él los venció a todos. Su fama comenzaba a rumorarse en las altas cortes francesas.

Las guerras de Italia comenzaron y Pierre tuvo que probarse en combate. En la batalla de Fornobo mostró de qué estaba hecho y se destacó como un gran jinete.

El caballero sin miedo y sin tacha: El señor de Bayardo

Cuando luchó como infante también logró atemorizar a sus enemigos en el campo de batalla. Fueron varios los soldados muertos bajo su lanza, varios los que dieron la honra que ahorita lo precede. Cuando el rey encontró que Pierre se destacó en la batalla, lo nombró caballero.

El caballero Bayardo

Al morir su padre en 1496, Pierre heredó el título de su padre y desde ahí fue llamado “Caballero Bayardo”. Entre los rumores nacidos sobre él, se destaca uno: en el campo de batalla, el caballero Bayardo hizo prisionero al capitán Alonso de Sotomayor.

Cuando fue liberado por un módico rescate, Sotomayor dijo que Bayardo no lo trató con decoro mientras estuvieron en cautiverio. Eso fue motivo suficiente a Bayardo para retarlo a un duelo, pues él negó la acusación. Bayardo venció al capitán en un duelo a muerte.

El río Garellano

Honrado por todos, Bayardo se consideraba un caballero en todo el sentido de la palabra. Sus palabras eran dulces para todos y defendía con fiereza a sus amigos en el campo de batalla. Además vencía en los torneos a sus enemigos.

Durante el año de 1503, los franceses mandaron un ejército para proteger Nápoles del ejército español pero cuando llegaron vieron que las fuerzas españolas ya estaban defendiendo. El ataque consistía en atravesar un río a nado y rodear un puente que tenía una centena de españoles armados.

400 franceses llegaron a la otra orilla, entre ellos nuestro caballero Bayardo. Llegado el momento los españoles divisaron a los franceses y atacaron con artillería y 1500 soldados al contingente espía.

La mayoría de los hombres corrieron por sus vidas pero Bayardo les hizo frente en el puente del río. Al ser muy estrecho el río, los españoles tenían que pasar de a uno para enfrentarse contra Bayardo que los retenía y vencía. Duró varios minutos el combate hasta la llegada de los franceses que lo vieron luchar.

Decían que parecía un “tigre suelto”. Este mérito que salvó a los franceses en batalla, llegó a la corte donde decidieron darle un estandarte de puerco espín y un lema Unus agminis vires habet (Un solo hombre tiene el poder de un ejército).

Brescia

Las guerras que tuvo que luchar siempre terminaban en victoria. En 1512, Bayardo sufriría una grave pérdida, cuando los franceses pusieron sitio sobre Brescia. Allí una mortal lanza le atravesó el costado. Fue llevado a una casa prisionera para la recuperación.

En ese lugar fue atendido hasta que estuvo totalmente reparado. Aunque la casa era de prisioneras jóvenes y hermosas, él las respetó y les dio dinero para su dote. Durante la batalla de Ravena, unos días después, su gran amigo Gaston de Foix, murió por una espada en el cuello.

El caballero sin miedo y sin tacha: El señor de Bayardo

Cuando sus compañeros se enteraron del triste suceso, abrazaron al pobre caballero que se sentía muy mal porque Gaston tenía a penas 23 años. Era el 11 de abril de 1512 y la forzada batalla terminó con una victoria para los franceses.

El nuevo rey: Francisco I

Bayardo era una leyenda en todo el reino francés. Cuando llegó el nuevo rey se sintió muy honrado de la presencia del caballero y dispuso que antes de la batalla de Marignano, Bayardo le pusiera la orden de caballería a él. El caballero puso su espada en el hombro del rey y lo nombró caballero.

El nuevo título para Bayardo era de Teniente general. Como era muy joven todavía no le podían dar altos cargos militares, pero ese era suficiente para él. La batalla de Marignano fue muy sangrienta pero el Delfinado Bayard terminó ileso y victorioso.

Su gobierno popular

En los años posteriores a Marignano, Bayard se encontró feliz en su pueblo, haciendo muchas obras buenas para todos los habitantes. Al ser un honrado caballero pero fiero con los políticos y aristócratas, les forzó a dar de sus caudales para administrar Delfinado.

Las fuentes mencionan que Bayard se enfocó en tres problemas en su provincia: la peste, las inundaciones y los bandidos. Bajo un destacamento infiltrado logró solucionar el último de los problemas. Pudo hacer justicia ahorcando a muchos de los ladrones.

Su  honorabilidad buscó que ser ciudadano no fuera sólo de las clases nobles, sino en general.  En la ciudad de Grenoble fue bien recibido por los ciudadanos que dispararon 18 bombardas para celebrar su llegada.

La peste dejaba en ese siglo muchos muertos aún. Él decidió limpiar las cloacas y buscar soluciones de higiene para que los enfermos estuvieran en un lugar y no contagiaran a nadie. Además mandó hacer grandes monasterios para que ellos estuvieran tranquilos.

El caballero sin miedo y sin tacha: El señor de Bayardo

Sobre los otros problemas tuvo que solucionarlos con mucha inteligencia. Las inundaciones eran producidas por las lluvias y los ríos. Los diques que mandó a poner ayudaron a solucionar este problema que enfermaba a las poblaciones y les traía muertes y todo tipo de desgracias.

Como gobernador fue admirado y el rey lo quería mucho. Sentía que hacia las cosas muy bien y eso motivaba a los demás a seguir sus pasos. Muchos años después los reyes recordarían su memoria y lo harían un héroe nacional. Hoy en día, los franceses lo siguen admirando.

Las nuevas guerras

La paz fue muy corta y por ello, tuvo que volver a los cuarteles militares. Allí fue hecho capitán, lo que le facilitaba manejar más hombres y llevar una estrategia sólida en el campo de batalla. En 1521 tuvo que defender la ciudad de Meziéres de los alemanes de Carlos V.

Los italianos que estaban aliados con los españoles y los alemanes buscaron atacar directamente al rey Francisco I y cruzaron sus ejércitos más allá de las fronteras. En las cercanías de Lyon tuvo lugar otro arduo enfrentamiento donde Bayardo tuvo protagonismo.

El año de 1524 fue muy trágico para Francia. La guerra estaba haciendo perder a los franceses y estos cada vez más, tenían que debatirse en retirada. En la provincia de Novara, en Romagnano murió nuestro héroe.

Luego de una cruenta batalla, las fuerzas del rey francés decidieron retirarse. Un tiro de escopeta le entró en la espalda a Bayardo y este quedó tendido en el campo de batalla boca arriba.

Cuando llegaron los soldados españoles y lo rodearon para darle un lanzazo final, el Condestable Carlos III de Borbón que había traicionado a su rey para pelear con los españoles, lo dejó dentro de una carpa para que el héroe pasara sus últimos minutos.

El noble se lamentó de la próxima muerte pero Bayard le dijo que más lamentable era la traición contra su rey Francisco. Cuando expiró su cuerpo fue honrado por sus amigos y enemigos. Bayardo se convirtió en el símbolo de la honorabilidad francesa.

Fuentes:

  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_Terrail_de_Bayard
  2. https://themaskedlady.blogspot.com/2010/08/el-caballero-bayardo.html
  3. https://themaskedlady.blogspot.com/2010/09/el-caballero-bayardo-ii_02.html
  4. https://es.wikipedia.org/wiki/Guerras_italianas_(1494-1559)

Imágenes: 1: pontcharra.fr, 2: caballeriaycaballeros.blogspot.com, 3: todocoleccion.net, 4: robinwood-dago.blogspot.com

Bibliografía ►
El pensante.com (septiembre 29, 2018). El caballero sin miedo y sin tacha: El señor de Bayardo. Recuperado de https://elpensante.com/el-caballero-sin-miedo-y-sin-tacha-el-senor-de-bayardo/