Clitia, la flor del sol

Clitia, la flor del sol

La Flor del Rechazo

He aquí la historia de Clitia, la doncella que amaba al dios sol: Helios. Su amor, sin embargo, no era correspondido, y por este rechazo nacería una de las flores más especiales: una que siempre miraría expectante al sol.

En algunas versiones se nos cuenta que Clitia era una ninfa o náyade del agua, hija de Océano y Tetis; en otras variantes de la historia nos dicen que en realidad ella era hija de del rey Órcamo y de la reina Eurínome (que era una oceánide). Fuese quien fuese, Clitia lo espiaba (al sol) diariamente desde que salía de su palacio, por la mañana, hasta que llegaba al oeste por la tarde.

La joven creía que el dios correspondería a su amor, pero un día descubrió que Helios guardaba sentimientos por Leucótoe, princesa hija de Órcamo y Eurínome. Esto quiere decir que Leucótoe era hermana de Clitia .

Celos

Clitia se llenó de celos y decidió traicionar a Leucótoe, contándole a Órcamo que la chica mantenía relaciones con Helios y que se encontraba embarazada del dios. El rey, avergonzado por la supuesta deshonra que había cometido su hija, decidió enterrarla viva. Helios al enterarse de lo sucedido corrió a salvarla, pero no pudo llegar a tiempo. El dios, para recordarla, transformó a la fallecida Leucótoe en una planta de incienso.

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La causante de la muerte de la princesa creyó que ahora el dios le prestaría atención. No obstante, Helios se dio cuenta de la maldad que había hecho Clitia y la repudió por sus actos. La ninfa, se sentó nueve días y nueve noches, sin comer o beber agua, mirando detenidamente la salida y puesta de sol.

Según el texto de Ovidio (poeta romano y autor de las obras Arte de amar y Las metamorfosis, ambas en verso) esto fue lo que ocurrió:

“…sólo contemplaba del dios
el rostro al pasar y los semblantes suyos giraba a él.
Sus miembros, cuentan, se prendieron al suelo, y una lívida palidez
vertió parte de su color a las exangües hierbas;
tiene en parte un rubor, y su cara una flor muy semejante a la violeta cubre.
Ella, aunque por una raíz está retenida, al Sol
se vuelve suyo y mutada conserva su amor.”

La metamorfosis de la ninfa

Poco a poco Clitia se transformó en una flor, en un Heliotropo, una planta de flores violetas y blanquecinas cuyo nombre genérico, “Heliotropium”, proviene de las palabras griegas “Helios” que significa “sol”, y “tropein” que significa «volver», debido no a que se gire hacia el Sol, sino a que parece que se encara siempre hacia él.

Con la introducción del girasol al continente europeo, la historia de Clitia se adaptó a la flor amarilla: se decía que la ninfa al encontrarse triste por el rechazo del dios sol pasó varios días sin comer o beber, desnuda, exponiéndose al cruel clima y lentamente de su corazón fue brotando el capullo de una flor amarilla y marrón, que más adelante se transformaría en un hermoso girasol.

Bibliografía:

  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Clitia
  2. https://supercurioso.com/mito-de-clitia/

Imágenes: 1: artifexbalear.org, 2: mitosyalgomas.blogspot.com/

Bibliografía ►
El pensante.com (noviembre 18, 2019). Clitia, la flor del sol. Recuperado de https://elpensante.com/clitia-la-flor-del-sol/